No tienes que demostrarle nada a nadie. Aunque te hayan enseñado que esto debía ser así. Desde muy pequeña, comprendiste que tu valor residía en lo que hacías, en los logros que obtenías. Pero, ¡basta! Esto no ha dejado de agotarte, de desgastarte cada día hasta el punto de que te sientes siempre perdida en búsqueda de cumplir expectativas ajenas que jamás son suficientes. ¿Sabes qué?
Nada de esto es verdad. No tienes que demostrarle nada a nadie.
Créeme.
Tú ya eres suficiente.
No solo eres suficiente, tambien eres única. Y no necesitas demostrarlo.
Me gustaLe gusta a 1 persona