Hace tiempo que huyo de relaciones con personas inmaduras, algo que agradezco porque me ha permitido reconciliarme conmigo y dejar de temer estar sola. Sin embargo, continúo tropezándome con ellas sin escogerlas y teniendo que echarlas de mi vida con esfuerzo. Profesores de gimnasio, clientes e, incluso, gestores. Me causan serios problemas, me desestabilizan emocionalmente y hacen que brote en mí un sentimiento de ira. Intentan chantajearme, manipularme, sumergirme en problemas de los que yo, con toda la educación posible, me retiro.
No puedo dejar de pensar que hay una inmadurez que me acorrala, que me intenta ahogar y de la que tengo que estar constantemente huyendo. Una inmadurez que pone a prueba mi asertividad, mi gestión emocional y mi propia madurez.
Imagen principal: Jasmin Merdan
Ay…Raquelita…mira que pareces ser masoquista con las auto criticas que te haces. Somos muchos quienes vivimos en dos mundos, uno de extrema seriedad y el otro de eterna inmadurez. De lo contrario no crearíamos fantasías, a través de las letras que solo se deslizan y que vienen desde muy adentro nuestro, lo que nos hace la vida mas fácil para ser vivida, dejándonos fluir como así también, soltar y tomar permanentemente. Te envío un abrazo de luz.
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