Absurdos por limitarnos,
por ponernos cadenas invisibles.
Absurdos por callarnos,
cuando nuestros ojos gritan
lo que podríamos verbalizar
para no generar dudas.
Absurdos por no estar aquí,
ahora,
sino viviendo en un pasado y futuros
fuera de tiempo,
inciertos.
Absurdos y necios.
Aprovechemos lo que tenemos,
sin etiquetas ni miedos.
Verbalizando nuestros pensamientos.