Crecer, cumplir años, a veces es algo señalado con el dedo. A muchas personas les enorgullece porque tienen más experiencia, pero a otras les aterra porque se sienten desgastadas, viejas…
A mí lo que me peor llevo es ver a las jóvenes generaciones. Por alguna razón, desde mi entorno, drogas y alcohol son el móvil de cada salida. Las bocas, para sonreír, deben mezclar la saliva con vodka, aunque no sea del bueno. La desinhibición y el poder sentirse “parte” o “guay” tiene que estar siempre condicionado al humo que sale de entre los labios.
Hay tanta información, tanta gente que se cree que lo sabe todo y, al final, lo único que yo veo son personas desorientadas y asustadas que buscan quiénes son siguiendo a rebaños que se hacinan en lugares nocivos.
!Brillante entrada¡ Haciendo ver, lo que otros pretenden ignorar a sabiendas. La masificación con los otros; es un cóctel de falta de ideales, compromiso y esperanza, como fue posible en un tiempo de nuestra historia, y eso pega mas que duro porque la sociedad ya en estado terminal, no posee las respuestas adecuadas y solo se limita a la declamación solo de buenas intenciones. Un cálido saludo.
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