Te esperé como me habían enseñado.
Durante horas, días, meses, años.
Me hicieron creer que los príncipes azules existían.
Que tú eras uno de ellos. El mío. Que regresarías de nuevo.
Pero la espera se hizo más larga de lo que pensaba.
Las dudas me consumían y me deshacía en llantos y lágrimas.
Hasta que un día dejé de creer en tantas mentiras.
Fue entonces cuando empecé a volar sola.
muy hermoso y profundo
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Gracias, un abrazo.
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a ti muy amable
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