Es difícil perseverar cuando las emociones te controlan. Cuando tu mente te dice “¡basta ya!” y la desgana te descompone. Es complicado seguir adelante cuando tu cuerpo no se levanta de la cama. Tienes ganas de hacer cosas, sin embargo algo te atasca. El bloqueo te provoca miedo, el miedo te causa ahogo, el ahogo te pone triste y todo esto consigue deprimirte.
No obstante, aunque ahora te sientas así. Sabes a ciencia cierta que esto un día terminará. Porque aunque es difícil, todo tiene su propio final.
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