Gritos,
alaridos,
lágrimas.
La impotencia resurge
con más fuerza que nunca.
Pero nadie responde,
ningún bálsamo te calma.
El alma te sale por la boca
en un bramido sonoro,
doliente,
agresivo,
mortal.
Gritos,
alaridos,
lágrimas.
La impotencia resurge
con más fuerza que nunca.
Pero nadie responde,
ningún bálsamo te calma.
El alma te sale por la boca
en un bramido sonoro,
doliente,
agresivo,
mortal.