No me mientas, no te mientas,
no nos volvamos a hacer daño.
Las mentiras nos envolvieron,
las heridas no curaron.
….
Fuimos necios, arrogantes
y a pesar de todo aún nos amábamos
o eso creíamos hasta que un día
todo acabó en un rompiente llanto.
….
Se acabó como se acaba todo:
arrastrando, pisando, humillándonos.
El final era real y nos encargamos de hacerlo pedazos.
Ya no habría vuelta atrás. Matamos todo lo que se podía matar.
Sólo queria decir que no todo tiene que acabar de esta manera. Pero gracias. Me gusta leer tus poemas.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por tu comentario angelica 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hermosa publicación.
…grave error cuando usamos las palabras para herirnos…
Me gustaLe gusta a 1 persona