Sí, he confundido la necesidad con el amor, generando dependencia, sintiéndome mal al no ser correspondida.
Sí, he echado la culpa a los demás o al mundo o a la mala suerte por cosas que son, solamente, responsabilidad mía.
Sí, he tenido dudas y miedos para dejarme llevar. Miedos y dudas que aún hoy en día me persiguen haciéndome zozobrar.
Sí, he esperado y por eso me he decepcionado. Por eso, aprendí a aceptar y esto me liberó de todo dolor fruto de la ilusión.
Sí, afirmo que la perfección no existe y, por eso, hoy digo “sí”. Sí a la fragilidad, sí a los miedos, sí a los errores…
¿A qué le dirás tú que sí?
Sí a la belleza de tus palabras.
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🙂 Gracias, ¡un abrazo!
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Yo diría… Si a la aventura de vivir lo que alguna vez consideré inexplorable.
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siiii pero a los errores nunca antes cometidos y al resto también! los otros errores si persisten y no son buenos para mi jamas dejaré de luchar por anularlos , feliz tarde!
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Quiero saber que tendré suficiente vida para equivocarme y acertar pero siempre que valga la pena y me lleve bastante conmigo en la experiencia!!! 😀 yo soy loquita, a veces me pregunto que mas haré!! y sonrió porque se que no hago nada por hacer sino por sentir!
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Mis locuras no son vacías, al contrario todas las que he hecho mal o bien, creo que han estado llenas de mi esencia y eso para mi es lo importante!
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Diría sí a lo mismo. 😉
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Le diría SÍ a saber decir NO…
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Sí a vivir y equivocarme, a amar intensamente y, si es el caso, empezar de nuevo.
Gran entrada.
KnHs
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Gracias 🙂
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A lo mismo que tú. Yo también he sentido ese vértigo, y aún lo siento. A pesar del miedo, la fragilidad, los errores y las dudas… Diría que más allá de nuestra humanidad no hay un mundo perfecto al que acceder, que sólo hay una nube en los ojos de nuestro entendimiento que nos aleja de la felicidad, tan lejos como tan fuerte corremos tras ella. Esa nube no es más que el polvo que levantamos en nuestro camino huyendo de nuestra propia fragilidad.
Diría sí a lo mismo, a mi propia fragilidad, a mis miedos, a la fresca sensación de bañarme en las limpias aguas en las que nunca nos bañaremos dos veces
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