No nos decíamos nada y nos lo decíamos todo.
Nuestras bocas cerradas guardaban sentimientos ignorados.
No queríamos exponernos, ninguno de los dos daba el primer paso.
El tiempo pasó, todo se esfumó…
No nos decíamos nada y nos lo decíamos todo.
Nuestras bocas cerradas guardaban sentimientos ignorados.
No queríamos exponernos, ninguno de los dos daba el primer paso.
El tiempo pasó, todo se esfumó…
Más vale lanzarse que arrepentirse de lo que no se ha hecho, soy la primera que me debería aplicar el cuento. ¡Un abrazo!
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Un abrazo Ana, ¡gracias! 🙂
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