Ella se levanta y le dan los “buenos días” las lágrimas que de nuevo brotan de sus ojos, extrañas. El día es predecible y ella sabe cómo terminará. Con lágrimas de “buenas noches” que le proporcionarán un sueño inquieto, lleno de una miscelánea de pensamientos varios, complejos.
Ella desconoce el motivo de sus lágrimas, pues tiene miedo de acertar y de verificar lo que considera cierto. Pero, tarde o temprano, todo terminará. Sea como sea, las lágrimas no durarán una eternidad.
¿Decidirá ella ahogarse o nadar en esas lágrimas de soledad?