Encontré mi cuerpo tendido en el suelo, frío e inmóvil, presente y a la vez ausente.
Me dirigí consternada hacia el espejo que en frente estaba. Pero, lamentablemente, no logré verme reflejada.
Creí entonces que era un mal sueño, forzosa me insté a despertar, con desespero.
Cuando lo logré deseé volver a dormir de nuevo, pues yo me encontraba fría en el suelo.