Las personas piensan que perder es lo más fácil y ganar lo más difícil. Pero no tienen en cuenta la dicha de lograr aquello por lo que nos esforzarnos.
¿Qué ocurre, entonces, con los que deciden perder? Se sumen en la frustración, la cobardía, la falta de decisión.
¿Vale la pena echarlo todo a perder? ¿Vale la pena no intentarlo otra vez?