Mientras tú duermes, yo permanezco despierta. Te veo en la oscuridad silenciosa y tranquila. Tu respiración es tan suave y sosegada que temo dejar de oírla en cualquier momento.
Me mantengo despierta sin quererlo y, sin quererlo, pienso en esos fantasmas que no me dejan dormir. Fantasmas que tú, bella durmiente, desconoces. Por mi cabeza pasan mil y un temores, reflexiones, dudas, culpabilidades, frustraciones…
Cansada me encuentro mas no hallo consuelo. Y tú, mientras tanto, estás ajena a todo esto.