Me alegra saber que cuando te necesite tú no estarás ahí. Así no lamentaré las lágrimas que, inevitablemente, derramaré. Porque un ser con sentimientos llora y sufre. Porque no puedo entender tu indiferencia hacia lo razonable. Porque el yo puedo pero tú no, no lo entiendo.
Me alegra saber que me has mentido. Así, no me crearé falsas expectativas y aprenderé a cuestionármelo todo. Porque el cuento de caperucita roja está más vivo de lo que pensamos, en la vida real. Porque la sinceridad no parece, hoy, necesaria.
Me alegra saber que me has decepcionado, pues no esperaba menos de ti. Has seguido el curso natural de todo ser humano. Yo, que esperaba de ti alguien distinto, descubrí que no era así.
Me alegra saber que lo nuestro era pasajero, pues así no se prolonga el tiempo para dañarnos.
Me alegra no arrepentirme de nada, pues todo supone un avance y un progreso. Sin esta experiencia, posiblemente, mi vida tomaría un curso diferente.
Me alegra saber que no puedes sentir lo que yo, pues probablemente no lograrías soportarlo.